Como hablamos en el blog anterior sobre nuestro ecosistema interior y, dado que popularmente se llama a esta población de microorganismos, FLORA. Surge la gran pregunta: ¿Es realmente Flora? o debería ser ¿Fauna?, ya que estos microorganismos son como animalitos microscópicos que se mueven y realizan diferentes labores dentro de nosotros.
Así como en el ecosistema (exterior) existe una flora y fauna variada, de la que depende mucho el equilibrio de nuestro planeta, en nuestro interior sucede lo mismo, la flora juega un rol importante en mantener este equilibrio al igual que la fauna. De la misma forma en que las plantas dependen de los insectos para polinizarlas y ayudar en su multiplicación, los vegetales (plantas) proveen de alimento a estos animalitos microscópicos para su supervivencia y crecimiento. Por otro lado, así como estos pequeños habitantes, (la microbiota) depende de la alimentación que nosotros proveemos, ellos realizan a cambio, algunas funciones para nosotros, como por ejemplo, digestión y absorción de nutrientes, defendernos contra otros invasores que nos pueden dañar etc. Recientes investigaciones sugieren que múltiples patologías están asociadas con una microflora intestinal desequilibrada (disbiosis) (01).
Sigamos conociendo un poco más acerca de esta increíble fauna interior.
¿Quiénes son?
Tal como en el mundo hay diferentes especies de plantas y animales, los habitantes de nuestro organismo también están compuestos de un conjunto de microorganismos como bacterias, virus, archaea, levaduras etc. Estos habitantes escogen diferentes partes de nuestro cuerpo para vivir y desarrollarse, como por ejemplo en la boca, piel, intestinos, pulmones, genitales, etc.
Esta comunidad de microorganismos, puede llegar a representar entre 1 a 2 kg del peso corporal total y considerando que son microscópicos, ¡¡en cantidad son bastantes!! Representan 10 veces más que el número de células humanas y el 80% aproximadamente del total de estos microorganismos, son bacterias. Merino RJA en su artículo Gut Microbiota: “The Forgotten Organ” menciona que: “la diversidad de la microbiota se expande de manera acelerada los primeros cinco años de vida, en menor medida durante la adultez, y sufre una regresión importante después de los 60 años, donde la composición es representada en un 95% por Firmicutes y bacteroidetes, muy similar a la encontrada en los primeros meses de vida” (02).
La distribución de esta fauna interna va de la siguiente manera:
Existen más de 1000 especies de microorganismos, esta población se compone de un aproximado de 100 trillones de microorganismos que pertenecen fundamentalmente, a 4 grupos: Firmicutes, Bacteroidetes, Actinobacteria y Proteobacteria, donde los más predominantes son los dos primeros (90%). En conjunto, todos estos habitantes de nuestro interior conforman un ecosistema maduro y muy resistente a cambios o variaciones del exterior. A todo esto, le llamamos equilibrio intestinal u Eubiosis.
Y, ¿cómo podemos mantener este equilibrio? Al igual que todo microorganismo vivo en los ecosistemas externos, necesitan de condiciones especiales para sobrevivir y mantenerse en equilibrio. Nuestra fauna interna también, tal cual la fauna externa, necesitan de alimentos específicos que le brinden las sustancias necesarias para poder multiplicarse y trabajar de manera adecuada, un ambiente propicio (pH, temperatura), estas condiciones permitirán a nuestros habitantes internos mantenerse en cantidades adecuadas y variedades suficientes. Merino RJA nuevamente nos menciona que el papel de la dieta es relevante y es un gran determinante del equilibrio interno (2). Aparte de la dieta, el consumo de PROBIÓTICOS es otra manera de apoyar y mantener este equilibrio, pero ¿qué son los probióticos? Vamos a conocerlos…
La OMS define a los PROBIÓTICOS como “microorganismos vivos, que cuando se consumen en cantidades suficientes, aportan beneficios al huésped”. En la actualidad, existe una variedad de productos con probióticos disponibles para el consumo humano, por ello es importante conocer las formas en la que podemos encontrar a estas bacterias beneficiosas.
Los probióticos los podemos encontrar presentes en alimentos (fermentados) y suplementos.
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ALIMENTOS FERMENTADOS
Los alimentos fermentados nos han acompañado durante toda la evolución humana, su descubrimiento como tal se dio de manera accidental (los invitamos a leer nuestro artículo “yogur o no-yogurt es la pregunta” y “el mundo de la fermentación” para conocer un poquito más sobre su historia). los alimentos fermentados han estado presentes siempre, y ahora ya se conocen cuáles son sus bondades probióticas. Veamos en qué alimentos los encontramos:
- Yogurt
- Chucrut
- Chicha de jora
- Kefir y Kombucha
- Miso
- Entre otros
Como anteriormente mencionamos, los probióticos también los podemos encontrar como suplementos, en presentaciones de cápsulas, gomitas, ampolletas bebibles, en polvo liofilizados, etc. con diferentes variedades de cepas y cantidad de microorganismos por dosis (UFC)
En este blog aprendimos un segmento más sobre esa ecología interior que poseemos, aquí conocimos a nuestra fauna interna y lo importante que es cuidar de ella para mantener ese equilibrio interno. En el siguiente Blog conoceremos a nuestro pasto interior. ¿Sabes lo que es?
Referencias
- La Fata G, Weber P, Mohajeri MH. Probiotics and the Gut Immune System: Indirect Regulation. Probiotics Antimicrob Proteins. 2018;10(1):11-21. doi:10.1007/s12602-017-9322-6. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5801397/
- Merino RJA, Taracena PS, Díaz GEJ, Rodríguez WFL. Microbiota intestinal: “el órgano olvidado”. Acta Med. 2021; 19 (1): 92-100. https://dx.doi.org/10.35366/98577. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/actmed/am-2021/am211p.pdf
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